Por no faltar a mi palabra de escribir algunas de las recetas favoritas entre las que he ido haciendo, aquí va la última agregada a mi lista de "must repeat".
Son sencillas, baratas, rápidas de hacer y, creedme, no tienen nada que envidiar a gran parte de las magdalenas que se compran en grandes o pequeñas superficies. El sabor es intenso a chocolate, y con un fuerte regusto incial y final a miel. Al no llevar levadura, la esponjosidad se debe a las claras montadas a punto de nieve, y el resultado es más jugoso.
¿Se os hace la boca agua? ¡Vamos a ello!
Utensilios necesarios:
- Batidora eléctrica de varillas. El modelo que yo uso se compra en Amazon.es a menos de 15€. Si os gusta cocinar, es una elección segura. No es indispensable...pero casi.
- Varillas manuales
- Cuchara o espátula o similar de madera.
- Moldes de magdalenas. Podéis utilizar los típicos de papel, pero en ese caso os recomiendo poner de base unos moldes metálicos para que el papel no ceda y así la magdalena suba en sentido vertical y no en horizontal. Si no, yo uso unos moldes recién adquiridos de silicona al precio de 6 unidades (grandes) 1.5€, pero sé que los hay más baratos. En este caso utilicé moldes de dos tamaños distintos, por hacer la gracia :3. En la foto se apreciará que algunos de los moldes tienen dentro un molde de papel. Los moldes de silicona eran nuevos y no confiaba en que no se deformasen/derritiesen/pulverizasen dentro del horno. (¡prueba superada!)
- Recipientes varios
Ingredientes necesarios:
- 150g chocolate puro (preferentemente valor)
- 150g de harina (previamente tamizada)
- 70g mantequilla
- 5 huevos de los que se habrán separado previamente las claras y las yemas
- 125g de azúcar blanca
- 4 cucharadas soperas de miel
Procedimiento
- Ponemos el horno a calentar a 190 ºC
- Fundimos el chocolate y la mantequilla. Podemos hacerlo al baño maría o, con cuidado infinito, al microondas. Desde hace un tiempo yo prefiero derretirlos en una olla pequeña. Si lo ponéis a temperatura baja (en una placa de inducción, a un punto menos de la mitad de la potencia total) y removéis continuamente, en unos pocos minutos obtendréis una mezcla homogénea y brillante. Apartamos del fuego o sacamos del agua (según sea el caso) y dejamos enfriar mientras hacemos el resto de pasos.
- Montamos las claras a punto de nieve. Es importante que tanto el cuenco como los utensilios que utilicemos para este paso deben estar muy limpios, o no subirán bien. Si tenemos unas varillas eléctricas, simplemente las ponemos a velocidad alta y esperamos hasta que tengan consistencia de una espuma homogénea. Si no tenemos varillas eléctricas, nos armamos con unas varillas manuales y mucha paciencia. En cualquier caso, cuando estén razonablemente duras (si no os fiáis, mejor de más que de menos) las dejamos apartadas con las varillas manuales dentro (nos harán falta en breve).
- En otro recipiente batimos las yemas de huevo con el azúcar. No es necesario que limpiemos las varillas del paso anterior para batir las yemas. Batimos y batimos hasta que la mezcla blanquee.
- Añadimos ahora el chocolate fundido y la miel, y seguimos batiendo con las varillas.
- Añadimos la harina y seguimos batiendo hasta tener una mezcla uniforme. También será muy densa, no nos preocupamos.
- Damos ahora un último movimiento a las claras con las varillas manuales limpias (por si se han bajado un poco mientras hacíamos el resto de pasos). Con una cuchara-espátula de madera limpia colocamos las claras encima de la mezcla del paso anterior, pero formando un donut. Ahora con movimientos circulares y envolventes damos vueltas muy suavemente a la mezcla. El objetivo de esto es mezclar las claras con el resto de ingredientes sin que se rompan las burbujas de aire que hay dentro. Al principio lo único que parecerá pasar es que las claras se teñirán de color chocolate, pero si seguimos haciendo el mismo movimiento envolvente con cuidado se irán mezclando. Con tiempo y paciencia (pongamos, en unos 5-10 minutos) obtenemos una mezcla menos densa que antes dentro de la que podemos ver miles de pequeñas burbujitas.
- ¡Por fin! Rellenamos los moldes que teníamos apartados hasta la mitad. Introducimos en el horno y cocemos de 8 a 10 minutos, dependiendo del tamaño del molde. Para saber cuando están hechas, pinchamos alguna con una aguja de hacer punto (de las que tenían nuestras abuelas) o con un cuchillo de punta afilada; cuando el utensilio salga limpio (sin restos de masa) ¡ya estarán hechas!
- Con estas cantidades tendremos para hacer 20 magdalenas grandes (muy grandes) o unas 40 pequeñas. En mi caso pude hacer 12 magdalenas medianas, 20 pequeñas, y un bizcocho en miniatura reservado para mi catador favorito :).
¡Que aproveche!
Estaban muy ricas Iriii!! Aunque he probado cosas tuyas mucho mejores y cuya receta también espero ver por aquí. Mucho ánimo :3
ResponderEliminarIri, pon más recetas! Empanadillas de esas tuyas, pasta rellena con salsa Chu...
ResponderEliminarO podrías publicar el primer capítulo de tu libro! <3
Qué buena pinta! *o*
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